Trabajar
en entornos precarios puede ser una ocasión no sólo para reinterpretar
creativamente las técnicas y los materiales locales, sino también para
fomentar la implicación de los arquitectos con las obras que construyen y
con la comunidad a la que sirven.
Arquitectura Viva recoge
este modo comprometido de trabajar a través de un extenso artículo y una
selección de nueve obras: la gran cabaña flotante de NLÉ en Makoko, un
barrio lacustre situado en la capital de Nigeria; una construcción de
bóvedas de tierra compactada de LEVS architecten en Mali; un sistema
industrializado para refugiados en Tailandia, de BTI y Ironwood; una
biblioteca de BC architects que se inspira en las técnicas vernáculas de
Burundi; la ampliación del conjunto escolar diseñado por Diébédo
Francis Kéré en su localidad natal en Burkina Faso; una pequeña
biblioteca de TYIN tegnestue en Bangkok; una aldea para mujeres
proyectada por Sharon Davis en Ruanda; un orfanato de Anupama Kundoo en
la ciudad india de Pondicherry y, finalmente, unas viviendas sociales
proyectadas por Cristián Undurraga para la comunidad mapuche de Chile.
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