Los 400 años de
Historia de la ciudad de Nueva York se conforma de miles de historias,
escenarios y personajes extraordinarios. Partiendo de la vida de los
indios que habitaban sus tierras vírgenes y los primeros colonos
holandeses hasta llegar a la dramática construcción del Empire State
Building o la creación del edificio Dakota en el que vivía John Lennon.
Durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, Nueva York
fue territorio británico; tiempo más tarde, los neoyorquinos crearon
canales y vías ferroviarias que abrieron las puertas a la America del
Oeste.
La ciudad ha estado en el centro del huracán en buenos y malos
momentos, como lo fueron el crash del 29 o el ataque del 11 de
septiembre. Grandes personajes han poblado su historia: Stuyvesant, el
holandés que defendió Nuevo Ámsterdam; Washington, cuya presidencia
arrancó en Nueva York; Ben Franklin, que abogó por la América británica;
Lincoln, que dio uno de sus mejores discursos en la ciudad... Pero,
ante todo, para mí, se trata de la historia de gente ordinaria: indios
locales, pobladores holandeses, comerciantes ingleses, esclavos
africanos, tenderos alemanes, trabajadores irlandeses, judíos e
italianos llegados vía Ellis Island, puertorriqueños, guatemaltecos y
chinos, gente de bien y gángsters, mujeres de la calle y damas de alta
alcurnia.
A estos personajes, la mayoría de ellos anónimos, los descubrí
cuando me documentaba para el libro. Eran una milésima parte de todos
aquellos que llegaron a Nueva York, a América, en busca de la libertad
algo que, la mayoría acabó encontrando.
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