martes, 28 de agosto de 2012

BIENAL DE ARQUITECTURA DE VENECIA 2012 (II)

David Chipperfield ha apostado por desterrar de la ecuación lo aséptico y lo críptico para dejar paso a una arquitectura amable y, por qué no, comprensible también para el profano. Se trata de aprovechar la crisis para recomponer la factura entre la arquitectura-espectáculo y la sociedad que la ha padecido.
 
Foto: David Chipperfield (EL PAÍS)
 
“Es el momento de pasar del star system a la arquitectura de lo cotidiano, aquella que consigue cambiar y mejorar la vida de las personas", explica Chipperfield. Lo cual no significa que no haya nombres destacados como Zaha Hadid, Jean Nouvel, Norman Foster o Rafael Moneo, “the master”, el maestro, según Chipperfield. “No queremos afán de protagonismo, aunque los grandes nombres son importantes para empujar y visibilizar el trabajo de la profesión”, asegura el comisario, que bajo el lema Common ground (terreno común) ha invitado a 69 arquitectos (entre los cuales, todo sea dicho, solo hay un africano, Noero Wolff Architects, y ningún chino), que a su vez proponen proyectos que reúnen 119 profesionales de campos múltiples. Un tropel de cabezas pensantes. Algunos se han enfrentado al reto del comisario presentando propuestas originales concebidas para la Bienal, que ponen de manifiesto el terreno común que la arquitectura del futuro necesita para ser viable, útil, sostenible y eficaz.
 
 
La instalación de Juan Herreros, despliega un territorio creativo a través de maquetas, dibujos y diagramas, evidenciando la cantidad de personas y entidades que participan en proyectos como la Estación del AVE de Santiago de Compostela (España), la Casa del galerista Pepe Cobo o el Museo Munch de Oslo. "Lo más importante es crear un equipo idóneo para cada trabajo, de ahí el friso con los nombres de las personas que han sido necesarias para la construcción de mi territorio común", comenta Herreros.
Foto: Estación del AVE de Santiago de Compostela (Juan Herreros)
 
Para Alberto Campo Baeza, el terreno común de la arquitectura es la memoria.
 
La memoria también está presente en Spain mon amour, la propuesta de Luis Fernández-Galiano, que por un lado evoca los éxitos más recientes de la arquitectura española y por el otro aborda la dramática situación actual a través de 15 proyectos de Francisco Mangado, Mansilla+Tuñón, Nieto Sobejano, Paredes Pedrosa y RCR Architectes.
 
Los arquitectos de OMA (estudio fundado por Rem Koolhaas) proponen pensar en un futuro más respetuoso con el entorno y el contexto local y social donde se ubica una edificación.
 
Entre los proyectos más atípicos destaca la Torre David/Gran Horizonte. El proyecto toma su nombre y contenido de las investigaciones del Urban Think Tank, formado por Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner, sobre un rascacielos inacabado de Caracas que ha sido ocupado y se ha convertido en una favela vertical de 45 plantas en lugar de la sede de un banco.
 
Foto: Torre David (EL UNIVERSAL)
 
 
 
Hay otros ejemplos de cómo la arquitectura de la supervivencia se abre camino entre los edificios de los más poderosos. Es el caso de los vídeos que la artista Marisa González exhibe en el espacio de sir Norman Foster, ya que fueron rodados en los bajos del banco que este construyó en Hong Kong. Allí cada domingo se congregan hasta 200.000 mujeres filipinas, empleadas domésticas, que construyen casitas efímeras y espacios de intimidad temporal con cartones que agujeran con un bolígrafo y luego cosen con bolsas de plásticos cortadas en tiras… todo un monumento a la creatividad y a la resistencia.
 
 
La creatividad también desborda desde el Pabellón de España, donde se exhibe el trabajo de siete estudios seleccionados por Anton García-Abril y Debora Mesa, que dan buena cuenta “de la diversidad de tendencias que está bien enraizada en la genética española”, según el propio comisario. “Más que mostrar edificios concretos, SpainLab se propone ilustrar el mundo interior de cada arquitecto, abrir una especie de ventana indiscreta, que ponga en evidencia los procesos científicos que buscan un equilibrio entre las ideas y su necesaria realización”, indica García-Abril. La estrella del pabellón es sin duda el proyecto de elBulli Foundation del estudio Cloud9 de Enric Ruiz-Geli, que se muestra en todos sus detalles por primera vez. Además de la maqueta, donde destaca una gran cúpula de hormigón, musgos y robots, que se encargan de medir diferentes datos ambientales, se exhibe el primer prototipo del pabellón Ideario, “una construcción para crear y disfrutar”, según Geli, inspirada en el mundo natural, como demuestran las cerámicas de Toni Cumella, que reproducen la piel de tiburón, el techo en forma de nube de Cap de Creus, realizada con un escáner tridimensional y las paredes en vidrio con partículas de sal. “Los árboles serán dotados de sensores capaces de registrar los cambios de humedad, luz y temperatura y dar las órdenes necesarias al edificio”, explica Ruiz-Geli, autor del célebre edificio Mediatic de Barcelona.
 
 
Vicente Guallart, arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, presenta el macro-concurso, el primero de este consistorio, para la restructuración de las Puertas de Collserola, que ha encargado 16 proyectos a 22 equipos interdisciplinares. “En las décadas de los ochenta y noventa se reestructuró el frente marítimo y ahora nos ocuparemos de los barrios en las colinas alrededor de la ciudad, que a menudo se han quedado desconectados por culpa de las rondas y las autopistas”, indica Guallart.
 
 
En definitiva, es una Bienal consciente de los límites de la situación actual y de los errores cometidos, pero sin autoconmiseración ni amargura, sino optimista.
 
 
Vídeo: ArquineDigital

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